Este epistolario de la escritora inglesa Lady Mary Wortley Montague (1689-1762) comprende las cartas escritas en Constantinopla, o «Cartas turcas» [«Turkish Letters»], publicadas después de su muerte, en 1763, y las escritas desde el lago de Iseo, donde se instaló en el año 1743, en su mayor parte dirigidas a su hija, Lady Bute; fueron publicadas en 1763- 1767. Mujer de carácter e inteligente, Lady Montague fue observadora precisa, y aunque raramente se eleva por encima de un gusto discursivo que se complace en los hechos menudos, su pluma era muy ágil en la narración, con un estilo vivaz y personal, adecuado para la charla y el chisme. Las cartas publicadas no son exactamente lo que Lady Montague escribió; y sólo dos están completas, mientras que de todas las demás no se dan sino extractos. Esposa del embajador inglés en Constantinopla en 1716, se muestra más original en las «Cartas turcas», en las cuales se percibe el propósito de publicarlas. En ellas, con la narración de los hechos y la descripción de las costumbres, se propuso vencer el prejuicio inglés que veía a los turcos como gente cruel y disoluta. Ricas en una despierta y divertida simpatía, son las cartas de una mujer que, aunque incapaz de juicios originales, tenía una manera personal e inteligente de interpretar y comunicar menudencias y claras impresiones. En sus cartas del lago de Iseo (de Lovere, a cuarenta millas de Brescia), Lady Montague se ocupa sobremanera de la literatura inglesa de su tiempo, y especialmente de novelas, que expone y critica (entre ellas las de Smollett y Richardson). A pesar de despreciar a Mme. de Sévigné. a quien tenía por una parlanchina, Lady Montague, con el transcurso de los años, fue pareciéndose cada vez más a aquella a quien no quería tomar por modelo. Gran parte de las cartas están tomadas del diario que por desdicha quemó Lady Bute, que privó así a la literatura inglesa de un documento que, por las muestras, debía de ser único por su viveza y, más todavía, por su interés documental.
A. Camerino