«Sexto viaje de Gulliver», fue publicado en 1925. Gulliver, supuesto viviente aún en tiempos de la primera guerra mundial, naufraga, pierde el sentido y desciende al fondo del Atlántico. Allí encuentra un país habitado por mujeres de sobrenatural belleza que viven en un nuevo matriarcado, sin amor, y se alimentan de los cerebros de los varones pigmeos, sus parásitos.
Tienen una lengua formada toda ella de interjecciones, y su única preocupación es la felicidad de los sentidos. Gulliver se familiariza con Opula, reina de aquellas «oiha», y sus noticias sobre la relación entre hombre y mujer en la tierra muestran, contra sus intenciones, una situación esencialmente análoga a la submarina. Pero un día Gulliver hace a la reina una declaración de amor: entonces Opula reconoce que su amigo es un «bullok» (un varón), de la raza despreciada, y lo condena a vivir con los «bullok» y a trabajar en la construcción de torres que ellos edifican para ascender a las esferas más altas donde esperan una vida mejor. Cuando una torre es lo bastante alta las «oiha» echan de ella a los «bullok», los cuales, mucho menos realistas que las «oiha», ponen de nuevo manos a la obra, sin perder sus ilusiones de ciencia y de técnica.
En Capillaria, más que en el Viaje a Faremido, el escritor se aproxima al negro humor de Swift. La sátira de la relación entre hombre y mujer es, en realidad, tan profunda como original. Pero bajo la sátira el autor, como dice en una carta a H. G. Wells, escrita para la traducción alemana, deja transparentarse su fe: él querría persuadir al hombre y a la mujer a ser verdadera y sinceramente hombre y mujer sin destruir su verdadera esencia.
G. Hankiss