Poemita del griego Nicandro (siglos II-III? a. de C.), de notable importancia, que en su redacción tardía y con muchas innovaciones, combina, mediante una acción y un personaje únicos, los cultos antiquísimos de Artemisa Lafria (Cefalonia), Afaya (Egina) y Ditina (Creta). Britomartis, bellísima virgen muy querida de Artemisa, pasa del Oriente a Creta. Pero en Creta, para sustraerse a la exaltada pasión de Minos, se ve obligada a lanzarse al mar y es venerada por eso con el nombre de Ditina. Huyendo de Creta y de Minos, llega a Egina, donde su castidad y su belleza la ponen en peligro nuevamente, con el barquero que la trasladó del uno al otro mar. Interviene la diosa protectora que la hace desaparecer misteriosamente, y por eso se la venera con el nombre de Afaya (la invisible). El tratado alcanzó gran éxito, y la figura de Britomartis-Ditina creó un titjo particular, renovado en Roma por Valerio Catón, cuya Ditina siempre fue famosa, dentro y fuera de la escuela de los Neote- ros; pero de esta obra latina no se conserva ni el más pequeño vestigio.
I. Cazzaniga