Brígida, Adalbert Stifter

Relato de Adalbert Stifter (1805-1868), publicado en 1844 formando parte del volumen Estudios (v.). Aunque complicada por la manera característica de la narración indirecta y por intermitencias de ritmo, la trama presenta una riqueza singular de hallazgos y un equilibrio per­fecto. Brígida es una muchacha fea y cons­ciente de su fealdad: una especie bastante atenuada de Cenicienta entre sus bellas her­manas. Y como la muchacha del cuento in­fantil, Brígida es también amada por uno de los hombres más hermosos: Esteban Murai. La muchacha sabe comprender con am­plitud de espíritu las dotes que le han sido negadas por la naturaleza, y así, cuando, ya madre, se sabe traicionada por el mari­do, comprende y le deja partir sin rencor, tomando sobre sí todo el peso de su destino, con la única condición que él la ignore para siempre, lo mismo que a su hijo. Pero Esteban, tras algunos años de aventuras, siente la nostalgia de aquella mujer supe­rior a todas las demás y con nombre su­puesto, compra una propiedad junto a la de ella, para poder al menos verla un poco, y conocer como extraño, al hijo, Gustavo, que no sabe que se halla ante su propio padre. Pero un día, los lobos asaltan y hie­ren al joven: entonces, junto al lecho, en una escena conmovedora, los padres se re­concilian. Estas peripecias tan humanas, no las ha encuadrado Stifter en el acostum­brado bohemio paisaje que le es tan que­rido, sino en la solemne estepa húngara, con una riqueza de colores realmente admi­rable. Paisaje y trama se funden en la unidad de magisterio de un arte sencillo y humilde en apariencia, pero rico de ma­tices y de íntimo recogimiento.

R. Paoli