Natsume Soseki, autor de Botchan, es uno de los más grandes escritores japoneses, erudito y compositor de haikais. En realidad se llama Kinnosuke, y Soseki sólo es un seudónimo. Nace en Tokio, el 5 de enero de 1867 y muere el 9 de diciembre de 1916. Después de terminar sus estudios en la Universidad imperial de Tokio, en 1893, entra de profesor en la Escuela Normal superior de la misma ciudad y, más tarde, en la escuela secundaria de Matsuyama y en el Liceo de Kumamoto. De 1900 a 1902, estudia en Londres la literatura inglesa y, a su regreso, trabaja en la Universidad de Tokio. En 1907, entra en la Press Asahi para la que escribe numerosas obras literarias. A pesar de su precaria salud, deja tras de sí una obra voluminosa: novelas, ensayos, críticas, estudios sobre la literatura inglesa, poemas chinos, haikais, etc…. Influyó considerablemente en el espíritu de la generación de su tiempo y, actualmente, es todavía uno de los novelistas japoneses más estimados. Iniciado en el romanticismo, se fue interesando cada vez más por el análisis psicológico de sus personajes y supo pintar diestramente la naturaleza humana. Botchan apareció por vez primera en la revista literaria «Hototogisu», en abril de 1906. En enero de 1907, fue reeditada con otras dos novelas — «Kusamakura» y «Nihyacutoka» — en un volumen titulado «Ururakayo». Finalmente, Botchan reapareció en las «Obras completas de Soseki», publicadas por Iwanavi. Botchan, apodo del héroe de esta historia, es palabra que en japonés significa «muchacho de buena familia».
A la salida de un colegio de Tokio, un joven parte para la isla de Shikoku, situada al sur del Japón para hacerse cargo, como maestro, de una pequeña escuela. Se trata de un mozo de temperamento franco y espontáneo. En el pueblo se encuentra con unos colegas muy diferentes a él, tanto por su carácter como por malas intenciones; por otra parte, los alumnos sólo piensan en burlarse del nuevo maestro. Lógicamente, el ambiente no resulta muy agradable para el joven que acaba de abandonar Tokio, el centro cultural del Japón. La atmósfera del pueblo se le hace cada vez más irrespirable, y su estancia allí es un continuo rosario de contratiempos y desventuras, que el joven maestro procura atacar y corregir llevado de su carácter combativo. Al final, sobreviene la catástrofe. Ayudado por su único amigo, llega a las manos con sus colegas y se marcha del pueblo, para regresar a su querido Tokio, al lado de una vieja sirvienta de su familia, que siempre ha guardado un afecto maternal por Botchan. La narración, basada en experiencias personales del autor, viene a representar una especie de protesta contra la injusticia social. Los personajes de la novela son descritos a través del héroe de un modo sarcástico y humorístico al mismo tiempo. El patético afecto de la vieja sirvienta forma un feliz contraste con el mundillo desagradable de la aldea campesina. El estilo ágil y fuerte de la novela armoniza perfectamente con el tema. Botchan ha sido adaptado a la escena por Kimura Kinka y representado por la compañía de Ichikawa Ennosuke, en el teatro de Hongo, en 1927. Más tarde, la novela se ha llevado al cine, sin que hasta hoy haya perdido su popularidad entre el público culto Japonés.