[Las centurias de Bhartrhari]. Se incluyen bajo este título colectivo tres colecciones poéticas hindúes del género de las «áataka» («centurias») de los que nos queda otro ejemplo famoso en el Amaruiataka: «Srñgárasataka» o «Centuria acerca del amor», «Nítisataka» o «Centuria sobre el sabio vivir», «Vairagya- sataka» o «Centuria acerca de la renuncia a las cosas del mundo». Cada una de estas «centurias» abraza un conjunto de poco más de un centenar de estrofas líricas o gnómicas sobre el tema que le es propio y las tres constituyen una obra de gran valor de la poesía artística de la época clásica. La «Centuria acerca del amor» es la más rica en valores poéticos y también la más personal; pero a diferencia del Amarusataka (v.), que ofrece escenas vivas y reales de la vida amorosa, esta «centuria» de Bhartrhari contiene consideraciones generales acerca del amor y del mundo femenino. Los gozos de amor, la atracción de las mujeres, el poder irresistible del amor, son los temas preferidos en un primer grupo de estrofas. Siguen otras en que los gozos de amor son comparados a la reposante quietud de quien ha logrado la serenidad espiritual mediante la penitencia y el saber; y, finalmente, la «centuria» se cierra con una serie de estrofas acerca de la vanidad y los falaces y engañosos atractivos de las mujeres y del amor, mientras se exalta la felicidad que procede de la renuncia a las cosas del mundo.
Se abre así el paso a la segunda «centuria» que concierne al cumplimiento de los deberes del hombre, alaba la virtud y condena los vicios y la ignorancia. En la tercera «centuria» hallamos exaltado el fin supremo a que el hombre debe tender y que es el de recogerse en la meditación de las eternas verdades despidiéndose, ya en esta vida, de todo vínculo material. Estos conceptos fundamentales, contenidos en las tres centurias de Bhartrhari, están en perfecta armonía con los ideales hindúes acerca de la vida y de sus tres fines («trivarga»: v. Kdmasütra) que, bien atemperados, conducen a la liberación («moksa») del ciclo de las existencias; y contra la suposición de los que han querido ver en Bhartrhari un mero ordenador y compilador de sentencias según el antedicho esquema, merece mayor atención la que hace de Bhartrhari el creador de esta preciosísima colección tripartida, aun admitiendo que, a diferencia de la «Centuria sobre el amor» que se nos ha conservado relativamente más intacta, la «Centuria sobre el sabio vivir» y la «Centuria sobre la renuncia a las cosas del mundo» hayan sido sometidas a ulteriores retoques y adiciones y que sólo partes alícuotas bastante exiguas de las estancias de una y otra «centuria» pertenezcan a Bhartrhari. En cuanto a la personalidad real de este poeta, en torno a quien la tradición hindú ha trasmitido tantas noticias legendarias, es lícito opinar que pertenece a la primera mitad del siglo VII. Las dos «centurias» sobre el sabio vivir y sobre la renuncia, son el primer libro sánscrito que ha sido traducido a una lengua europea: en efecto, el misionero calvinista Abraham Roger — con la ayuda del brahmán Padmanábha — nos dio una traducción al holandés dispuesto como apéndice a su libro La puerta abierta al paganismo celado [De open Deure tot het verborgen Heydendom], publicado en Leyden en 1651, y traducido en seguida al alemán (Nuremberg, 1663) y al francés (Amsterdam, 1670). Traducción íntegra francesa de las tres «centurias» por Regnaud (París, 1875).
M. Vallauri