Novela histórica del general norteamericano Lewis Wallace (1827-1905), publicada en 1880. Ben Hur es un joven hebreo descendiente de una ilustre y rica familia de Jerusalén. A la muerte de su padre ha quedado solo con su madre y su hermana menor Tirzah, y sus riquezas las administra el fiel esclavo Simónides. Asistiendo desde la terraza de su casa al paso de Grato, gobernador romano, bastante impopular, Ben Hur involuntariamente hace caer una teja. Ello basta para que sea condenado a galeras por toda la vida, su madre y su hermana llevadas a la cárcel, y sus bienes confiscados y repartidos entre Grato y Mésala, joven patricio insolente y vicioso, amigo de infancia de Ben Hur. Arrastrado por los soldados hacia el puerto, Ben Hur encuentra a un joven nazareno que le da de beber, y el recuerdo de la mirada y de la sonrisa de aquel hombre le seguirá toda la vida. La nave en que rema Ben Hur es echada a pique y salva la vida al duunviro Quinto Arrio que, en agradecimiento, le adopta como hijo.
Durante cinco años el joven vive en Roma adiestrándose en todos los ejercicios físicos y completando su instrucción como conviene a un patricio. Vuelve a Oriente decidido a encontrar a su madre y a su hermana y a vengarse de Mésala, y puede humillar a su enemigo participando en una carrera de carros en el circo de Antioquía. Los caballos le son facilitados por el jeque Ilderim, y el apoyo necesario por Simónides, que con lo que ha podido sustraer a la avaricia de Grato se ha hecho el mercader más rico y poderoso de toda la región. La carrera es uno de los puntos culminantes del largo y farragoso relato y ha dado oportunidad para una de las más célebres escenas de la cinematografía espectacular en la adaptación que se hizo de esta novela en 1926. Ben Hur vence consiguiendo hacer volcar la cuadriga de Mésala que es destrozado por los caballos. Ben Hur dispone entonces en secreto un ejército de judíos que debería ayudar al Mesías, cuyo nacimiento ha sido anunciado por Baltasar, el último superviviente de los tres Magos, que en vano trata de explicar a aquellos fanáticos, sedientos de venganza y de poder, la inutilidad de sus esfuerzos. Entre tanto la madre y la hermana del joven, libertadas pero leprosas, son curadas por Jesús el domingo de Ramos. La familia se vuelve a formar, pero su bienhechor, el esperado rey que debía elevar para siempre la suerte de la oprimida Judea, es condenado a muerte. Convertido al cristianismo, Ben Hur se casa con Ester, hija de Simónides, y pone sus enormes riquezas al servicio de la causa cristiana.
Las Catacumbas de San Calixto, afirma el autor, son obra suya. Ni mejor ni peor que muchas otras obras del mismo género, la novela tiene, entre muchas prolijidades, hermosas páginas descriptivas y dramáticas y una bella sinceridad de sentimiento religioso.
L. Krasnik