[La Beca de Dicomano]. Poemita en octavas de Luigi Pulci (1432-1484), notable por sus referencias parodísticas a la Nencía de Barberino (v.), atribuida a Lorenzo el Magnífico. Ha llegado la hora de hacer justicia a la Beca y a su pueblo, Dicomano, demasiado olvidado hasta hoy. La gozosa enumeración de los méritos de la campesina constituye la parte satírica y recreativa del poema. Si en las parrafadas del campesino Vallera sobre su Nencia trata de ver algún crítico una broma sobreentendida del Magnífico contra los villanos y sus costumbres, en la obrita de Pulci, las tintas están intencionadamente recargadas para provocar la risa sobre un tema tan al alcance de la mano. Beca, dice el campesino que la adora, sólo es un poco pequeña; coja, lo necesario para darse cuenta de que cojea; tiene una man- chita en un ojo, pero si no se mira la mancha no se la ve; tiene los labios tan peludos que parece un barbo y es tan blanca como un viejo ochavo. Es una muchacha a la que sólo le falta un marido como aquel cuyas alabanzas está entonando. Ella posee también muchas otras virtudes; es agradable, melosa, charlatana; cuando va a Florencia hace andar a todos de cabeza, al menos así lo piensa celosamente su enamorado cuando la ve partir con la cesta colgada del brazo. Beca se distingue ciertamente de todas las muchachas: feliz el que pueda ser dueño de semejante florecilla. El estilo pintoresco del autor del Mor gante (v.) se muestra en esta composición, ágil, movido, de una bufonería un poco grosera.
C. Cordié