Aventuras de mi Vida, Leonetto Cipriani

[Avventure della mia vita]. Libro de memorias del es­critor italiano Leonetto Cipriani (1812-1888), escritas entre los años 1869 y 1876 y publi­cadas por primera vez completas en 1934. La obra nos presenta un cuadro palpitante de la vida del Ochocientos, porque el autor, uno de los hombres más importantes de las armas y de la diplomacia del «Risorgimento», narra abiertamente a su hijo cómo conoció la sociedad de su tiempo y qué increíbles vicisitudes hubo de pasar. Es notable la descripción de la toma de Argel, en 1830: Cipriani formó parte de la expedición fran­cesa, dado su origen corso, y del primer contacto con un mundo extranjero y exó­tico le quedó el deseo de conocer el vasto mundo de las aventuras. En su existencia de hombre libre, se orienta siempre hacia la idea de la unidad italiana (a la que prestó eminentes servicios para las relaciones entre Víctor Manuel II y Napoleón III) revistiendo particular importancia los viajes por Amé­rica, en 1830-31 y en 1835-36: el conoci­miento de determinadas regiones de los estados meridionales, entre granjas, indios, trabajadores y propietarios, le da la posibi­lidad de tratar importantes cuestiones so­ciales y políticas, inspiradas por el móvil de la independencia de los pueblos y por la necesidad de organizar de un modo más conveniente la riqueza.

La amistad con la familia Bonaparte, las misiones en Liorna y Turín, su participación en la batalla de Novara y el interés por las excavaciones romanas en Cécina, revelan en conjunto un carácter vivo y centelleante, que se intere­sa por todo para probar todas las posibilida­des. Pero el deseo de conocer nuevas per­sonas y nuevos países, hace surgir en Ci­priani un nuevo proyecto, el de emigrar a California, tierra de tantas contiendas; lue­go en 1851 (de Nueva York a San Francis­co) los viajes al lago Salado y una perma­nencia de tres meses entre los mormones, acentuaron en él su carácter propenso a las aventuras y un sentimiento de lucha y con­quista, sentimiento instintivo en un hombre que consideraba la gesta del «Risorgimento» como una continua prueba de valor y des­treza. De este modo el patriota Cipriani, consagrado al bien de la causa italiana, ayu­dado por la fidelidad de los amigos france­ses y particularmente por Napoleón III, pudo escribir una de las más bellas memo­rias del siglo XIX, gracias a su entrega a la vida de nómada y de investigador de hechos humanos y de lejanas e inexplora­das regiones.

C. Cordié