[The Adventures of the Black Girl in her Search for God]. Narración alegórica de George Bernard Shaw (1856-1950), compuesto en 1932 durante las cinco semanas de hospitalización en una pequeña ciudad del África del Sur, a raíz de un accidente de automóvil. Una muchacha negra, convertida por una misionera anglicana, vaga en busca de Dios, llena de turbación dogmática y práctica; tras muchas desagradables aventuras que la desilusionan, se encuentra casualmente con un prudente viejo que trabaja inteligentemente su huerto, completamente dedicado a la tarea que le deparó la suerte, sin preocuparse de buscar a Dios. La muchacha negra se convierte en jardinera del viejo y termina casándose con un hermoso tipo irlandés que cavaba la tierra con ella, dedicándose luego a la crianza de un buen número de muchachitos de color de café con leche. La alegoría se aclara luego en un largo comentario con el que la obra concluye y en el que Shaw habla de todo, pero especialmente de la necesidad de liberarse de historicismos y dogmatismos, y de verter «las aguas sucias» del pasado, para renovar en el libre examen de la Biblia una experiencia religiosa siempre limpia y fresca. Así dice G. B. Shaw, evolucionista, por boca de la negrita en esta narración de evidente carácter volteriano de «conte philosophique».
P. Rebora