Arte del Marear, Fray Antonio de Guevara

Obra del gran es­critor español, cronista del emperador Carlos I y obispo de Mondoñedo, Fray Antonio de Guevara (nacido hacia 1480 y muer­to en 1545). Fue impresa en Valladolid en 1539 con el título Libro de los invento­res del arte del marear y de muchos traba­jos que se pasan en las galeras, y junto con Década de Césares (v.), Aviso de privados y doctrina de cortesanos (v.) y Menospre­cio de la corte y alabanza de la aldea (v.). A pesar del olvido de que ha sido víctima por parte de los historiadores de la litera­tura, se trata de una de las obras más cu­riosas del autor.

Nacida quizás de las expe­riencias vividas en los viajes marítimos como acompañante y cronista del Empera­dor — en la Introducción afirma que «ape­nas hay puerto, ni cala, ni golfo, en todo el mar Mediterráneo, en el cual no nos hayamos hallado y aun en gran peligro vis­to» —, el libro no es otra cosa sino un en­comio del arte de la navegación en la An­tigüedad y una sátira contra este mismo arte en su tiempo. Los cuatro primeros ca­pítulos se refieren a la Edad Antigua y abundan en ellos, como es frecuente en la obra de Guevara, las invenciones, arbitra­riedades, anacronismos, etc. Por el contra­rio, los seis últimos, constituyen un docu­mento importantísimo sobre las formas de vida, usos y costumbres de su tiempo, y es­pecialmente de la corte. Entre los viajes por mar que Guevara efectuó — seguramente no tantos como él da a entender en la In­troducción— hay dos seguros: la expedi­ción de Carlos I a Túnez y la entrevista de éste con Francisco I de Francia en Aguas Muertas (1538) — cuyas escalas e itinerarios confunde el autor en las relaciones. De los otros itinerarios que hallamos en la obra ninguno coincide, ni remotamente, con via­jes del Emperador. Algún crítico ha con­jeturado que la diatriba de Guevara contra el mar y el arte de la navegación, fue de­bido a un accidente que hizo caer al Obis­po, «desde el puente de la salida de la ga­lera al mar» (según noticia transmitida en Estancias y Viajes del Emperador Carlos V, publicadas por Foronda). Con todo, Gue­vara justifica moralmente su actitud al sen­tar como principio de la obra el concepto clásico de que la navegación es hija de la codicia. El estilo de Guevara aparece aquí en toda su plenitud. Desde el punto de vista exclusivamente filológico tiene gran inte­rés la terminología marinera del Medite­rráneo que aparece en la obra.

A. Comas