Obra de don Enrique de Aragón, inexactamente conocido por don Enrique de Villena (1348-1434), fechada en 1433. El opúsculo tal como ha llegado a nosotros en el extracto de Alvar Gómez de Castro — erudito toledano del siglo XVI— es «una adaptación al castellano de las poéticas trovadorescas, en especial del Mirayll de Berenguer de Noya» (Sánchez Cantón), aunque la obrita — en sus dos partes fundamentales — tiene pretensiones y alcances muy diferentes. En la primera se hace un breve repaso de las Artes poéticas trovadorescas y se describen con delectación el gobierno y desarrollo de los consistorios barceloneses de gaya ciencia, en los que don Enrique desempeñó papel importante y en los que vivió los días más felices de su asendereada existencia. Gracias a estas páginas sabemos la creación en Barcelona del consistorio de gaya ciencia y de la existencia de él de cuatro mantenedores (un caballero, un maestro en teología, otro en leyes y un ciudadano honrado), los temas que solían proponerse para las justas poéticas y la minuciosa ordenación de estos certámenes públicos (colocación de los protagonistas, actuación del maestro, en teología y de los trovadores, deliberaciones del jurado y emisión pública del fallo).
La segunda parte es un tratado gramatical; poco más o menos como los provenzales, pero basado en los hechos castellanos de lengua. Se enumeran los órganos de fonación y alude muy de pasada a la influencia de geografía y clima sobre el habla para demorarse en el origen de las letras latinas, en los diptongos «leales en el trovar», en la descripción de cada una de las «letras», en la historia de los alfabetos más usados según él (carmentas, longobardos, godos, cristiano de la época de la Reconquista, inglés y contemporáneo). Las últimas páginas del escrito son algo que hoy llamaríamos «tratado de fonética descriptiva»; en ellas no falta tal cual intento de comparatismo con la «lengua lemosina». Por el librito no se buscarán, naturalmente, precisas descripciones científicas, pero sí se pueden encontrar en él, de vez en cuando, observaciones exactas, atisbos de modernas interpretaciones y noticias curiosas o pintorescas.
M. Alvar