[Wie Anne Bäbi Jowäger haushaltet und es ihm mit dem Doktorn ergeht]. Novela en dos volúmenes de Jeremías Gotthelf (seudónimo del poeta Albert Bitzius, 1797-1854). Gotthelf, que era pastor protestante, la escribió por encargo en 1843, para mostrar al pueblo los peligros de la superstición y de la ignorancia, y convencer a médicos y pastores de que sólo su colaboración puede conducir a buenos resultados en lo tocante a sus respectivos pacientes y fieles. En el primer volumen Anne Baebi, una ignorante y testaruda aldeana, después de haber arruinado físicamente a su único hijo adorado, Jacobli, por no haberle vacunado y haberle curado luego con agua y ungüentos mágicos cuando éste enfermó de viruelas, corre peligro de hundirle espiritualmente, casándole con una muchacha ruda y violenta, aparentemente rica, que hubiera llevado a la familia la discordia y el deshonor. En el último momento renuncia por temor supersticioso a dicho proyecto y consiente de mala gana en el matrimonio del hijo con una pura y graciosa muchacha, pero sin medios, Meyeli, de quien Jacobli se había enamorado desde el momento en que la vio. En el segundo volumen asistimos a la vida feliz y tranquila de la familia: el buen carácter de Meyeli vence toda dificultad, y ella vive en buenas relaciones incluso con la suegra, que adora a sus nietos con amor exclusivista.
La muerte del niño mayor, debida en parte a la avaricia y a la superstición de Anne, que no quiere llamar al doctor, está a punto de hacerle perder la razón. Las prédicas y las reprimendas del vicario del pastor, joven fanático y de escasa inteligencia, llevan a Anne casi al umbral de la locura: podrá ser salvada en cuerpo y alma con los cuidados del pastor del pueblo, verdadero modelo del género, unidos a los del médico, joven lleno de entusiasmo. El interés del autor se dirige así definitivamente hacia estos dos y Gotthelf nos hace asistir a interminables discusiones entre el viejo pastor y el joven médico, su sobrino, sobre sus obligaciones respectivas. Un idilio que surge entre la hija del pastor y su primo consigue apenas aligerar el desarrollo de la novela que termina con la muerte del joven médico, provocada por su desprecio al peligro y la fe en su arte. La novela transcurre entre largas prédicas y razonamientos, interrumpidas también por diálogos de tono populachero (más de la mitad del libro está escrita en dialecto suizo); pero la lozanía de los diversos personajes y la viveza de las descripciones le confieren vitalidad. Aunque inferior a Uli el criado (v.) y a otras composiciones, no le faltan escenas dignas del mejor Gotthelf.
A. Manghi