[Bill of law]. Declaración de carácter constitucional que forma parte de la constitución británica. Se subdivide en 13 capítulos, el primero de los cuales enuncia las razones históricas y políticas que motivan la emanación del acta. Resulta, en efecto, que los Lores y los Comunes, reunidos en Westminster, el 13 de febrero de 1688, presentaron a los príncipes de Orange, Guillermo y María, una declaración en la cual, dejando sentado que el rey Jacobo II, tras haber tratado de destruir la religión protestante, las leyes y la libertad del país, tuvo que abdicar; y que el propio príncipe de Orange, mediante cartas a los Lores y a los demás representantes, proveyó a convocar las elecciones para evitar que la religión y demás libertades corriesen peligro, decretan lo que en el acta se contiene. Los derechos y las libertades demandadas están catalogadas cuidadosamente. He aquí las principales: el poder regio no puede suspender las leyes ni su ejecución, sin el consentimiento del Parlamento; ese mismo poder no queda exento de las leyes y su ejecución; ilegalidad de los impuestos de la Corona en todas sus modalidades, sin consentimiento del Parlamento; ilegalidad de las detenciones y procesos por peticiones de los súbditos al rey; prohibición de imponer levas o mantener un ejército en tiempo de paz sin el consentimiento del Parlamento; de exigir fiadores, de imponer multas excesivas e infligir penas crueles e insólitas, de prometer e imponer multas y penas antes del juicio; libertad a los súbditos protestantes de llevar armas reglamentarias para defensa propia; libertad de elección de los miembros del Parlamento; libertad de palabra en las discusiones y en las actas del Parlamento; etc.
Los artículos que siguen regulan la sucesión al trono y establecen que Guillermo y María, príncipe y princesa de Orange, son y quedan declarados rey y reina de Inglaglaterra, Francia, Irlanda y estados dependientes; que después de su muerte, la Corona y dignidad real pasarán a los descendientes de la princesa y a falta de herederos a la princesa Ana de Dinamarca y a sus descendientes; en defecto de éstos, a los herederos descendientes del príncipe de Orange (arts. II-VII). El art. IX establece una importante limitación en materia religiosa, a saber, que todos aquellos que estén reconciliados o entren en relaciones con la Santa Sede y con la Iglesia Romana, profesen la religión papista o se casen con papistas, serán para siempre excluidos y declarados incapaces de heredar la Corona y de gozar de las prerrogativas del gobierno de Inglaterra y demás estados susodichos, de poseer y ejercer el poder real, de retener su autoridad y su jurisdicción y que en todo caso, por esta razón, serán privados de la obediencia y fidelidad. El art. X prescribe las modalidades para el juramento del soberano y los siguientes regulan materias transitorias. Este acta, junto con la Carta Magna (v.), con el Acta de «Habeos Corpus» (v.), con la Ley de Sucesión [Act of Settlement] de 1701, con los tratados de unión, con la Common Law y los Estatutos, constituyen uno de los factores más notables del gran organismo constitucional británico, de carácter histórico. Como las demás actas que integran la Constitución, tampoco ésta se inspira en fórmulas doctrinales abstractas, sino en las condiciones del clima histórico en el momento en que surgió. Verdaderamente, las libertades afirmadas en el Acta son precisamente las violadas por Jacobo II y que habían venido arraigando por la costumbre en la conciencia popular británica.
A. Repaci