[Des Boliémiens et leur fusique en Hong ríe]. Obra de Fuercen (Franz) Liszt (1811-1886), publicada en 1859, y en traducción alemana en 1861. Liszt no fue tan sólo un gran virtuoso y compositor, sino también un escritor notable, como lo demuestran las Letras duna bachiller es mu– sique (1837-1839) y su bella biografía Frédéric Chopin (1850). (Cfr. J. Hankiss: L. Ferenc az iró, Budapest, 1941).
Descubridor, como se le llamó, de nuevas esferas musicales, Liszt descubrió la música de los húngaros, en 1838, en los tiempos en que vagaba por Europa como pianista, difundiendo la música de Beethoven. Seducido por la riqueza rítmica y cromática de la música zíngara, Liszt, aparte las transcripciones musicales (v. Rapsodias húngaras), creó una rapsodia literaria de alto rango, un poema sinfónico digno de los otros suyos, divulgando la romántica leyenda de una música zíngara identificada con la magiar. Hoy tal leyenda ya no es aceptada y nadie cree que la música magiar sea creación de los zíngaros ni que los cantos húngaros representen «restos de la epopeya desvanecida de un pueblo que raya con el expresionismo musical»; sin embargo, el sueño de un pueblo que se habría condenado al mutismo figura entre los más bellos del romanticismo internacional. El volumen de Liszt, lleno de errores románticos de contenido, y sin una ilustración musicológica concreta, encierra hoy un valor puramente histórico, pero sirvió para descubrir a Europa una música que influyó no sólo sobre el autor mismo, sino también sobre Brahms y otros.
G. Hankiss