Viśvāmitra

Personaje legendario hin­dú, famoso sabio mencionado ya en el Rig- Veda (v.), donde se narran sus rivalidades con Vasiṣṭha (v.) que habrán de dar pie a amplias narraciones en la literatura ul­terior.

Viśvāmitra, que pertenecía por su nacimiento a la casta guerrera, fue, según la tradición, rey de Kanyākubja (Kanauj). Pero después de su encuentro con Vasiṣṭha, se entregó a severísimas penitencias con objeto de alcanzar la dignidad brahmánica. Durante aquel largo período el rey Triśanku, que aspiraba, mediante un solemne sacrificio, a ascender en vida a los cielos, se dirigió en vano a Vasiṣṭha y a sus hijos, los cuales, enterados de que Triśanku, ante su negativa, recurriría a otros, le maldi­jeron reduciéndole a la mísera condición de paria. Bajo tan triste apariencia Triśanku solicitó de Viśvāmitra la celebración del sacrificio, y Viśvāmitra consintió, lo­grando, gracias a su poder, la asunción de Triśanku al cielo. Este relato, expuesto con diversas variantes en otros textos, se halla también en el Rāmāyana (v.), en cuyo primer libro Viśvāmitra desempeña un pa­pel capital.

Después de haber solicitado al rey Dasaratha que le conceda a su joven hijo Rāma (v.) para exterminar a los ma­los demonios seguidores de Rāvaṇa (v.) que obstaculizan un solemne sacrificio que se propone celebrar, Viśvāmitra se con­vierte en maestro y preceptor del héroe del poema, y favorece las bodas de éste con Sītā (v.). Las interminables prácticas ascéticas a través de las cuales Viśvāmitra sube los distintos grados de la jerarquía brahmánica se interrumpieron momentánea­mente por causa de su amor por la ninfa Menakā, que había bajado a la tierra a seducirle por instigación de Indra (v.). Al lado de Menakā, Viśvāmitra pasó diez años que le parecieron sólo un día, y tuvo una hija, Śakuntalā (v.). Este episodio, que sir­ve para poner de relieve el extraordinario poder del ascetismo, hasta el punto de que alarma al propio rey de los dioses, Indra, recuerda la bella historia de Kaṇḑu (v.).

M. Vallauri