Héroe del breve poema Mayo (v.), del escritor checo Karel Hynek Mácha (1810-1836). Característico tipo romántico, en parte de inspiración byroniana, Vilem nos aparece en los últimos momentos de su vida, cuando, después de haber dado muerte a su padre, que había seducido a la muchacha a quien él amaba, espera que le lleven al cadalso.
Su personalidad resulta por lo tanto de su actitud frente a la muerte, de su largo monólogo sobre su destino y sobre el destino de todos los hombres. Para nada cuenta su figuración exterior (el haber sido capitán de bandidos y «terrible señor de la selva»); en cambio, es esencial la correspondencia entre los pensamientos de Vilem y los pensamientos del poeta, de quien aquél es fiel espejo. El pesimismo de Vilem es ciertamente el pesimismo de Mácha; su romanticismo, el del mismo autor. Incluso la intervención del poeta, al final de la obra, puede considerarse como la clave del personaje y del poema: «El tiempo presente de mi juventud es el de este poema: Mayo; como una noche de mayo entre las rocas desiertas, con una ligera sonrisa en los labios y un profundo dolor en el corazón. ¿Ves al peregrino que en este anchuroso prado se apresura hacia su destino antes de que muera el sol? Tus ojos ya no le verán cuando desaparezca en el horizonte detrás de aquella roca.
Nunca… nunca más. Es mi vida futura. ¿Quién consolará jamás este corazón? El amor es infinito… Pero mi amor ha sido traicionado». Con sentimientos paralelos y con igual tristeza, Vilem, en sus últimas horas, evoca la imagen de la amada y los años de su infancia, y se pregunta si tras su muerte las cosas tendrán el mismo aspecto que antes: «¡Cuán bella es la noche! ¡Cuán bello es el mundo! ¡Cómo alternan la luz y la sombra! ¡Ay, y mañana mi muerta mirada ya no verá nada…! El tiempo futuro… ¡El mañana! Todo cuanto hay más allá no es más que un sueño; ¿acaso puede dormirse sin soñar? ¿Es quizás un sueño esta vida que ahora vivo y el mañana consistirá únicamente en un sueño nuevo?» Es evidente el parentesco entre Vilem y los héroes de los poemas de Byron, como El corsario (v.), Giaur o el infiel (v.) y el Prisionero de Chillón (v.); pero se trata del parentesco que unía a Mácha con el poeta inglés, fruto de la atmósfera y del temperamento, más que de un influjo literario. A su vez, el tipo de Vilem ejerció un influjo notable sobre la literatura checa ulterior: de él deriva, entre otros personajes, la figura de Jánosik.
E. Lo Gatto