Ulises

El mito de Ulises (v.), narrado principalmente en la Ilíada (v.) y la Odi­sea (v.), tiene una tradición poética que desde los más lejanos orígenes llega ininte­rrumpidamente hasta nuestros días. La narración homérica, pasando a los poetas cíclicos, se enriqueció con nuevos elementos que aprovechó también la trage­dia (v. Ayax y Filoctetes de Sófocles, y Cíclope, Troyanas, Hécuba y Orestes de Eurípides). La Eneida (v.) transmitió la figura del héroe a la Edad Media y a nuestra época, pero aparte la gran interpretación dan­tesca que hace de Ulises el símbolo de la humana sed de saber y de la voluntad in­trépida, el mito no recibió contribuciones notables, y la poesía moderna se atuvo casi exclusivamente a los aspectos sentimenta­les de la narración: el regreso del héroe a Ítaca, el episodio de los pretendientes, el reconocimiento de Penélope, etc.

En estos episodios se inspira también El regreso de Ulises a su patria [Il ritorno di Ulisse in patria], ópera de Claudio Monte­verdi (1567-1643), estrenada en Venecia en 1641, según libreto de Badoaro. En el pró­logo aparecen la Humana Fragilidad, el Tiempo, la Fortuna y el Amor. Entre los dieciséis personajes del drama, Ulises, Penélope, Melanto, doncella de Penélope; Eurímaco, amante de Melanto; etc., hay un «papel ridículo», el de Iro, «torpe parásito de los pretendientes de Penélope», tarta­mudo. La mediocridad del libreto provocó la monotonía de gran parte del recitativo. Los trozos en los que se anuncian o des­arrollan afectos fuertes inspiraron muy bien, en cambio, al músico. Así, por ejemplo, el lamento de Penélope, desesperada en su soledad, que, construido estróficamente, re­pite de un modo vario el doloroso estribillo de la invocación «Torna, deh torna». Este lamento rebosa de femenina melancolía, en­cerrado en un estrecho ámbito sentimental, en el que el vehemente deseo, más que la esperanza, es como una vaga luz que rompe las tinieblas. No faltan otros pasajes dra­máticamente poderosos y coherentes.

Tam­bién la acción resulta a veces acompañada con oportuna dinámica vocal e instrumental, como en la matanza de los pretendientes. Los personajes secundarios tienen páginas notables. En conjunto, la ópera es bastante débil. Hubo hasta quien dudó de que fuese de Monteverdi. Una edición moderna diri­gida por Luigi Dallapiccola fue usada en la representación de la ópera que tuvo lu­gar en Florencia en mayo de 1942.

A. Della Corte

*       En Italia, además de la ópera de Monte­verdi, son notables la Circe (v.) de G. B. Gelli (1498-1563); el poema L’ultimo viaggio di Ulisse de Arturo Graf (1848-1913) y «Il ritorno di Odisseo» en los Poemas convi­viales (v.) de Giovanni Pascoli (1855-1912). También Gabriele D’Annunzio (1863-1938) trata el mismo argumento en su Laus Vitae (v.).

*       En España hubo la comedia Los trabajos de Ulises de Luis Belmonte Bermúdez (1587- 1650); la Circe (v.) de Lope de Vega (1562- 1635); el «auto» Los encantos de la culpa y la comedia El mayor encanto, Amor (v.) de Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), estrenada en 1653.

*       En Inglaterra continúan el mito la tra­gedia Ulysses de Nicholas Rowe (1674- 1718), estrenada en 1706; la composición en prosa The Adventures of Ulysses (1808) de Charles Lamb (1775-1834); el monólogo lírico Ulysses (1842) de Alfred Tennyson (1809-1892); The Retum of Ulysses, uno de los ocho dramas publicados por Robert Sey- mour Bridges (1844-1930) entre 1885 y 1893; y, por fin, el Ulises (v.) de James Joyce (1882-1941). En Francia se publicó en 1852 el drama Ulysse de François Ponsard (1814- 1867).

*        En alemania es de 1914 El arco de Uli­ses (v.) de Gerhart Hauptmann (1862-1946).

*       De las obras musicales compuestas sobre la figura del héroe homérico, recordamos el melodrama Ulisse errante de Francesco Sa­crati (16029-1659), estrenado en Venecia en 1644; la ópera Ulysse, París 1703, de Jean Ferry Rebel (16619-1747); el Ulysses (1722) de Reinhard Keiser (1674-1739); el Ulysses und Telemachos de Daniel Gottlieb Treu (1695-1749), Breslavia 1726; la música (1851) de Charles François Gounod (1818 – 1893) para el Ulysse de Ponsard; la ópera cómicaLe retour cL’Ulysse (1889) de Stéphane Kaoul Pugno (1852-1914); el poema sinfó­nico para solos, coros y orquesta II ritomo d’Odisseo de Riccardo Zandonai (1883-1944)

*      En las artes la figura de Ulises está pre­sente en un sinfín de pinturas sobre vasos de la antigüedad. En el Renacimiento tra­taron episodios de su vida Claude Lorrain en dos lienzos (Louvre y Ermitage), Talais- son (Louvre), Rubens (Pitti), Guido Reni (Nápoles) y en 1880 Lucien Doucet.