Protagonista de La historia del caballero Cifar (v. El caballero Cifar), obra anónima española del siglo XIV. Cifar, «caballero de Dios», parece poco menos que un personaje secundario, tomado de la «materia de Bretaña» para dar pie al libre desenvolvimiento de la inspiración picaresca de Ribaldo (v.): lo contrario, en una palabra, de la situación que su autoridad exigiría frente a su compañero de aventuras.
Es un tipo característico que, bajo distintas formas e impelido por motivos diferentes, hallaremos a menudo en la literatura española: el buen caballero ni demasiado astuto ni demasiado tonto a quien la Providencia está siempre dispuesta a favorecer con una fortuna a la que él no tiene más que abandonarse confiadamente. Para Cifar, la fortuna habrá de ser su escudero Ribaldo, que le auxilia no sólo con sus proverbios, como Sancho Panza (v.) a don Quijote (v.), sino con su prudencia y su mano.
De ambas tiene necesidad Cifar ya que, obligado por la envidia a abandonar la corte de un rey indio, el miedo y las sospechas habían llegado a embargar su ánimo. A veces llega a parecer que su forma de andar por el mundo, continuamente alerta ante amenazas imaginarias y emboscadas en gran parte inexistentes, le convierte en el caballero del miedo, pero, mirándolo bien, su distinción y su sentido hereditario del honor le llevan a disimular sus temores e incluso a superarlos con un valor que no ofrece la menor duda.
No es seguro que sus únicas fuerzas le bastasen para ocupar el trono de Menton y volver a encontrar a la mujer y a los hijos perdidos; y en efecto es tal su necesidad de tener siempre a su lado a Ribaldo como consejero indispensable, que acaba armando a éste Caballero Amigo, aclarando así su verdadero carácter de Caballero Indeciso.
G. Testori