Héroe de un poema novelesco persa, Heft Peiker (v.), de Nizami de Gangias (m. en 1202). Corresponde al histórico rey sasánida Bahrám V, que reinó de 420 a 438, y que, según la tradición épica, llevó el sobrenombre de Gur, «onagro», por su pasión y valentía en la caza, especialmente de esos animales del desierto.
En el poema de Nizami, Bahrám Gur es primero un intrépido guerrero y cazador de los desiertos de Arabia donde transcurre su adolescencia, bajo el cuidado del rey Numán de Hira; luego, una vez subido al trono, es el caballeresco amador de siete bellezas («heft peiker»), las siete princesas cuyos retratos había visto una vez en una sala del castillo de Hira, y que luego había obtenido como esposas.
Para ellas manda construir siete pabellones, cada uno de color distinto, y allí las visita por turno, haciéndose referir un cuento por cada una. Cuando una guerra le da ocasión de descubrir los fraudes e iniquidades de su visir, Bahrám Gur se desembaraza de él. Su fin es grandioso y sobrenatural: abrumado por los años y cansado de la vida, sólo piensa en reposar en Dios, y alcanza su deseo desapareciendo a los ojos de los mortales mientras persigue a un onagro, el animal bajo cuyo signo se había desarrollado toda su existencia.
Los colores puramente novelescos con que Nizami ha estilizado la figura histórica del rey sasánida son los mismos con que ésta ha perdurado en la memoria de la posteridad: valiente y caballeresco, ardoroso y ligero y entregado de lleno a los goces de la vida hasta el momento de su místico fin. Bahrám es sobre todo un refinado, profundamente persa en su sentimiento decorativo y fantástico de la vida y del amor.
En él halla expresión el sentido caballeresco oriental: el valor no es ferocidad, sino generosa emulación cerca del hombre y de la naturaleza misma, que se enriquece de significados simbólicos; el amor se transforma en homenaje en virtud del cual la tradicional sumisión de la mujer oriental se convierte en magnífico encarcelamiento. Bahràm Gur halla su realidad en este tipo completamente poetizado; en cambio, la verdadera fisonomía del personaje histórico, del auténtico rey sasánida Bahrám V, nos es casi absolutamente desconocida.
F. Gabrieli