[Colonies espagnoles]. Narración de François-René de Chateaubriand (1768-1848), que constituye la tercera parte de la documentación de su Ministerio de Asuntos Exteriores: documentación — publicada en 1838 — que se inicia con el Congreso de Verona (v.) y se desarrolla con más amplitud en la Guerra de España de 1823 (v.). Inglaterra sacaba ventajas de su no intervención en la revolución española contra el rey Fernando VII en 1820, para su propio comercio con Hispanoamérica. Con mayor razón, después de la victoriosa campaña del duque de Angouléme, que había restablecido en la península a la monarquía legítima, habría sido una locura por parte de Francia tomar las armas contra las colonias americanas rebeldes a España. También era difícil no reconocer la ilegitimidad del gobierno de Lima y de México después de haber apoyado la legitimidad del de Madrid. La tarea natural de Francia habría sido la de procurar coadyuvar a cualquier arreglo generoso entre España y sus colonias. El escritor muestra nuevamente su complacencia — en el fondo no muy clara, dada su propia psicología — por haber contribuido a sofocar la revolución, devolviendo al cañón francés todo su poder e intentando, también, conceder, en el Nuevo Mundo, coronas a la familia de los Borbones. Las páginas finales son, a este respecto, muy significativas por el elevado y consciente concepto que el autor deja entrever de su propia actuación como político y hombre de acción. La obra hace gala de un tono vivaz y a veces incluso caballeresco que aun atrae al lector. Y es, además, testimonio fundamental de la materia por los documentos de que se vale.
C. Cordié