[Shakespeare und kein End ]. Ensayo en dos partes de Wolfgang Goethe (1749-1832). La primera, «Shakespeare poeta» y «Shakespeare en comparación con los antiguos y los modernos», redactada en 1813, fue publicada en 1815 en la «Gaceta de la mañana para las clases cultas»; la segunda, «Shakespeare como poeta teatral», redactada en 1818, fue publicada en 1826 en «Arte y antigüedad» (v.). Goethe ve en el arte de Shakespeare una especie de magia evocadora de la vida. Según su concepto, las obras de Shakespeare no son para los ojos de carne, «por esto le parecen más aptas para la lectura que para la representación».
Nos ofrecen «la experiencia de la verdad en la vida, y no sabemos cómo». El arte de Shakespeare representa el alma humana más allá de todo «anacronismo y vestidura exterior», y esto, que sería para los demás un defecto, se convierte para él en afirmación de poesía universal. Comparando a Shakespeare con los poetas modernos y los antiguos es evidente que pertenece al presente, pero no a los modernos en el sentido «romántico», mientras que se separa de los antiguos por su concepto fundamentalmente diverso del hombre. El personaje de la tragedia shakespeariana no está sometido a un Hado, a una absoluta necesidad, sino a «una necesidad moral», mitigada por la voluntad humana. Goethe, que en la Misión teatral de Guillermo Meister (v.) había proclamado Hamlet (v.) prototipo de la obra teatral, ahora niega a Shakespeare las cualidades de dramaturgo, reconocibles sólo en ciertos momentos excepcionales, «joyas diseminadas aquí y allá entre lo mucho no teatral», y conviene con Schroder en la necesidad de readaptar los dramas shakespearianos para los escenarios alemanes, quitando aquellas partes que disminuyen el interés del drama. En todo este ensayo se siente palpitar el espíritu de Schiller.
G. F. Ajroldi