El anacoretismo, como el cenobitismo, nacen en Egipto en la época constantina. San Antonio inaugura el primero y San Pacomio el segundo.
En 318, en pleno gobierno constantiniano, San Pacomio constituía en Tabenis, en la alta Tebaida, a la orilla derecha del Nilo, el primer cenobio, al cual siguieron, en breve espacio de tiempo, ocho masculinos y dos femeninos. San Pacomio murió en 346. Se han dedicado numerosas biografías a su figura de conductor de hombres. No poseemos el texto primitivo de la Regla, que seguramente debió dictar en copto; pero como suele suceder con las instituciones destinadas a una portentosa prolificación, sobre el núcleo primitivo de la disciplina pacomiana debieron depositarse estratos sucesivos de costumbres cenobiales, sobre cuya redacción no dejó de fantasear a su gusto la imaginación mítica de sus seguidores.
En el año 404, San Jerónimo tradujo al latín una versión griega del original copto de la Regla pacomiana, vigente en aquel tiempo, y dicha versión es la que hoy día reconocemos corrientemente como regla del cenobitismo pacomiano. Consta de cuatro partes, que se enlazan con vínculos puramente externos y acaban multiplicándose en uniformes y aburridas repeticiones. La Historia Lausíaca (v.) de Paladio nos da algunos datos sobre el primitivo texto pacomiano, bautizado como «regla dictada por los ángeles». Existen refundiciones etiópicas del mismo texto.
E. Buonaiuti