[Del reggimento di Firenze]. Diálogo donde el autor, Francesco Guicciardini (1483-1540), introduce como interlocutores a cuatro personas que habían encarnado y defendido las instituciones de la república moribunda: Bernardo del Nero, Piero Capponi, Paolantonio Soderini y Piero Guicciardini.
La obra, precedida de un prólogo, se compone de dos libros y va seguida por diez breves «Discursos en torno a los cambios y reformas del gobierno florentino». La caída de la República florentina en 1530 y la instauración del principado absoluto bajo Alejandro de Médicis, primero, y luego bajo Cosimo, produjo nostalgias por las antiguas libertades, así como alguna resistencia. Las más juiciosas, provenientes de la antigua aristocracia ciudadana adaptada a las formas libres del gobierno popular, tendían a la instauración de un principado moderado por leyes y consejos. Expresión de dicha aristocracia ciudadana fue precisamente Francesco Guicciardini, que no se cansó de recomendar, primero a León X y luego a Clemente VII, que mitigasen la fuerza del príncipe con las magistraturas y las formas de libertad a las cuales desde hacía siglos estaba acostumbrada la burguesía florentina.
Inútiles los consejos y apartado el molesto consejero, éste, para compensar el desengaño, se dirigió amorosamente al pasado y recogió sus enseñanzas; con una sola mirada abrazó el desarrollo de las instituciones ciudadanas libres y se detuvo con mayor complacencia en considerar el período glorioso del gobierno oligárquico, cuando el Estado estaba «en manos de ciudadanos principales y de más calidad, pero no oprimido de modo que la ciudad no fuese libre», pareciéndole ver en ello una imagen del buen Estado. Aquel glorioso gobierno salió ileso de la lucha mortal contra Giagaleazzo Visconti (1385-1402), llevó a buen fin la conquista tanto tiempo ansiada de Pisa (1406), sometió definitivamente la ciudad de Arezzo y su condado (1385) y aumentó la reputación de la ciudad, de modo que «según la opinión de todos los que han hablado y escrito sobre ello, nunca hubo en Florencia quien la gobernase mejor y honrase más que aquél». La obra vio la luz por primera vez en 1850, a cargo de Giuseppe Canestrini.
G. Franceschini