Léxicos bizantinos que, además de registrar bajo vocablos ordenados alfabéticamente, sus etimologías, en su mayoría fantásticas, dan también, a menudo, noticias acerca de su ortografía, de sus valores léxicos, del sentido que adquieren en determinados textos poéticos.
Los principales son: el Etimológico genuino, publicado en Constantinopla en el siglo IX; el Etimológico gudiano de la segunda mitad del XI; el Etimológico magno, el más conocido de todos ellos, de la primera mitad del XII. Pero hay relaciones posteriores que mezclan entre sí varios Etimológicos, así como estos presentan interferencias también en su forma originaria. Los Etimológicos conservan fragmentos de clásicos perdidos, y ayudan a trazar la historia de la gramática y de la lexicografía antigua. Todavía tiene mayor importancia la parte que puede parecer más privada de valor al estudioso moderno, la estrictamente etimológica. Los compiladores bizantinos no inventaron nada, pero, por medio de obras del siglo V, reflejan investigaciones de la época en torno al nacimiento de Jesucristo. Nos facilitan la reconstrucción para la parte griega de aquellas especulaciones sobre el lenguaje, de las cuales, para el latín, es documento contemporáneo La lengua latina (v.) de Varrón.
G. Pasquali