[Epistolae]. Las epístolas del humanista francés Marc-Antoine Muret, en latín Muretus (1526-1585), constituyen una preciosa fuente de noticias sobre la vida italiana del siglo XVI. Son más de cien cartas en dos libros, en las que el célebre orador trata de problemas literarios y políticos con gran finura de argumentación y una intensa devoción por la gloria de los antiguos. Dignas de interés son las numerosas cartas a Pablo Manucio, sobre problemas filológicos planteados por las ediciones de Tibulo, Propercio y otros literatos latinos; a Horacio Cardaneto sobre el texto y el comentario de obras antiguas; y otras sobre discusiones de retórica y de moral dirigidas a Juan Perpignano y al jesuita Francisco Benci.
Unidas a esta Biblioteca están las cartas de los más famosos corresponsales de Muret: eruditos extranjeros (hasta húngaros y polacos), obispos y cardenales de la Curia le piden consejo como humanista y político, demostrándole admiración y respeto. Las más importantes por sus referencias históricas son una del cardenal Hipólito de Este, de 1558, y otra de Francisco Gonzaga del mismo año. Para las relaciones culturales de Muret, son ricas de noticias las cartas cambiadas con Justo Lipsio y con Torcuato Bembo — hijo del célebre literato— al que también recuerda con afecto en sus epístolas a Manucio.
Estas Epístolas tienen además importancia por las indicaciones que nos dan sobre la vida política y sobre los ambientes filológicos. Sobre todo, en la visión de conjunto de la actividad cultural y política de un humanista tardío, son agradables el fervor de la discusión, la entrega confiada a los grandes sueños de la antigüedad, y por fin, la espléndida pátina del lenguaje, que eleva los hechos de la edad del autor a una esfera de puro clasicismo.
C. .Cordié