[Episíolae]. Un feliz descubrimiento de Angelo Mai nos ha restituido el epistolario de Marco Cornelio Frontón (110?-168?). Éste, protegido por Antonino Pío, fue escogido como educador de sus hijos, Marco Aurelio y Lucio Vero, los dos futuros emperadores, los cuales, sin substraerse a la influencia de su maestro, se dedicaron al estudio, uno de la filosofía estoica, otro al del derecho, con preferencia al de la retórica. La correspondencia epistolar de Frontón comprende varias colecciones: una en cinco libros con Marco Antonio todavía joven; otra, en dos libros con Marco Aurelio emperador; otra, en dos libros, con Lucio Vero; un breve epistolario con Antonino Pío y con los amigos.
Como en oratoria, también en la epistolografía Frontón imita a Cicerón, pero no ignora, como ejemplo de buen estilo y de lenguaje latino, a los poetas arcaicos; pesa y vigila las palabras en su razón etimológica, restaura y salva el léxico latino contra los neologismos, y restituye al vocablo su valor y su fuerza etimológica; renueva y recupera la sana propiedad de los vocablos antiguos, oponiéndola al uso arbitrario de los nuevos. Rétor africano, completamente romanizado dentro de los confines itálicos y plasmado según el gusto de los arcaizantes, Frontón, mientras imagina llevar de nuevo la corriente lingüística a sus fuentes literarias, descuida completamente la lengua popular hablada, esto es, el latín vulgar, que era aquel de que habían de nacer una nueva lengua y literatura: la neolatina.
F. Della Corte