[Dialogues in Limbo]. Obra publicada en 1925. La reforma dialogada, que el autor aplica por primera vez en esta su publicación, demuestra ser particularmente apta para poner en evidencia el eclecticismo fundamental del pensamiento de Santayana y le permite reconstruir los orígenes y desarrollo a través del vivo discurrir de los personajes y de la no accidental elección de los interlocutores.
El influjo ejercido en el filósofo por la teoría pragmatista, origina el extraño contraste entre el tono materialista, que en homenaje a su escuela da a todos los problemas, y la solución imprevistamente lírica que revela al verdadero Santayana, más bien que cómo filósofo, como poeta entusiasta del mundo de las puras esencias, en cuya contemplación extática se pierde en definitiva. En los Diálogos, en los que se trata de los variados problemas concernientes a la vida humana, este contraste está perfectamente representado por las figuras de Demócrito y de Sócrates: el primero, el más completo exponente del naturalismo como base de toda investigación; el segundo, el más completo exponente de la visión moral y humanista de la existencia.
Otros personajes del diálogo son: Alcibíades, que representa la perfección del hombre y su satisfacción en lo finito, Aristipo y Dionisio, símbolos de la alegría íntima que produce todo placer inmediato. El mismo Santayana aparece en es-, cena como el «extranjero que todavía vive sobre la tierra» y no sólo escucha «los razonamientos de los antiguos sabios que engañan a la eternidad con su profundo especular», sino que también, a veces, hace de interlocutor. Entre todos los diálogos, el más interesante, Locura normal es casi un soliloquio, en el que Demócrito demuestra que quienes dicen que la locura es contraria a la naturaleza, sólo porque ofende a la sociedad, no distinguen la naturaleza lo convencional.
Son especialmente notables desde el punto de vista filosófico, porque nos revelan, cómo la tragedia juvenil Lucifer, a gran parte del George Santayana íntimo con sus dilemas no resueltos; los Diálogos en el Limbo tienen, sin embargo, como muchas de las obras del mismo autor, un valor artístico que supera al filosófico; si efectivamente hay en ellos numerosos defectos en la fundamentación (lo retrospectivo alegórico debería estar más desenvuelto, los personajes más ambientados en su tiempo y el propio diálogo más movido), hay también muchos brotes de verdadera poesía, resultante de la fusión de una profunda sensibilidad con una musicalidad de lenguaje de una rara armonía.
B. Schick
Enc. Noguer