[De re anatómica libri XV]. Obra de Mateo Realdo Colombo cremonés (1520-alrededor de 1559), sucesor de Andrea Vesalio en la cátedra de Padua, y después en Pisa y en Roma. La obra fue publicada en Venecia en 1559, ornada de un frontispicio del Veronés. Es importante la descripción de la circulación pulmonar, la aserción de la impenetrabilidad del tabique interatrial del corazón, y la defensa de la prioridad del descubrimiento, difundido por su enseñanza, antes de que acerca de ello escribiera en 1553 (v. Restitución del Cristianismo) el médico y teólogo español Miguel Servet. He aquí los pasajes del libro en que Colombo se coloca entre los más beneméritos precursores del descubrimiento de la circulación de la sangre: «…la sangre va por la vena arterial al pulmón, y allí se adelgaza; desde allí, mezclada con el aire, atraviesa por la arteria venosa, va al ventrículo izquierdo del corazón, cosa que todos pueden fácilmente observar, y que hasta hoy nadie había observado ni nadie había dejado dicho en sus escritos… Cuando el corazón se dilata, recibe la sangre de la vena cava en el ventrículo derecho y al mismo tiempo el ventrículo izquierdo recibe por medio de la arteria pulmonar la sangre con el aire, y para este fin las membranas se bajan y ceden a la entrada; después, mientras el corazón se encoge, éstas se cierran a fin de que no pueda la sangre afluir por los mismos conductos; al mismo tiempo, tanto las válvulas de la gran arteria, como las de la vena arteriosa, se cierran y dejan pasar la sangre airada, que se esparce por todo el cuerpo, y al mismo tiempo la sangre natural, que es llevada al pulmón». De este modo, aunque dejando al hígado el papel más importante en la circulación, y a las venas el de llevar por el cuerpo la sangre nutritiva, según el concepto de los antiguos, Colombo demostró el mecanismo fundamental de la acción del corazón, de las válvulas cardíacas y de la circulación pulmonar.
B. Porta