[Sermons]. Reunimos bajo este título, además de las «Predicaciones de Cuaresma» y el «Pequeño cuaresmal», pronunciado en presencia del joven Luis XV, en 1718, las «Oraciones fúnebres» de Jean Baptiste Massillon (1663- 1742), para el príncipe de Condé (1709), para el Delfín (1711) y para Luis XIV (1715). La oratoria de Massillon, que venía a continuar la gran tradición de Bossuet y de Bourdaloue, pierde categoría cuando se la parangona con la excelencia, la doctrina y la fuerza persuasiva de aquéllas, y muestra una atención completamente dieciochesca por los temas filosóficos y morales, que el buen padre, predicador y profesor de Letras desarrolla y amplía con insistencia y exuberancia ciceronianas. Pero la fe y la emoción animan la palabra y la hacen eficaz y patética. Gustó sobremanera y alcanzó gran éxito en la corte: el siglo de las luces halló en él un predicador aceptable, sin gran abundancia de dogmas, aunque a menudo severo e inexorable.
L. Rodelli
El plan de los sermones de Massillon es mezquino, pero los bajorrelieves son soberbios. (Joubert)
Massillon posee en el más alto grado el arte del desarrollo; en ello estriba toda su originalidad. (Sainte-Beuve)