[Das Heilige; das Irrationale an der Idee des Góttlichen und sein Verhaltniss zum Rationalen]. Rudolf Otto (1869-1937) publicó en 1917 este libro en el que, como su título indica, se propone aislar los elementos irracionales de la categoría de lo santo.
Siguiendo las huellas de Schleiermacher, que en la religiosidad veía esencialmente un sentimiento, Otto identifica lo santo con el sentimiento de espanto e inquietud, en que se advierte el «numen praesens»: de aquí el término «numinoso» acuñado por él para designarlo. Momentos de lo «numinoso» son el «mysterium tremendum», lo fascinador y lo portentoso. Expresiones directas de este elemental sentimiento, con su polaridad, se pueden rastrear en la mística de todos los tiempos, en el Antiguo Testamento, pero también en el Nuevo y en Lutero. Pero lo irracional divino, para expresarse y comunicarse, se asocia en la religión con conceptos que no son su expresión adecuada, pero le sirven de sostén, la «esquematizan», escribe Otto, haciendo suya una teoría del filósofo Fries. Así, las ideas racionales de justicia y de voluntad moral esquematizan lo «tremendum» del misterio divino, que adquiere de este modo una configuración y una dignidad morales, mientras el elemento fascinador es representado esquemáticamente por las ideas de bondad, misericordia, gracia, y lo portentoso en la idea de absoluto y en los atributos metafísicos de Dios. La síntesis «a priori» de los momentos racionales e irracionales constituye la categoría de lo sagrado.
En las religiones superiores, en particular en el Cristianismo, el momento ético adquiere una importancia predominante en el sentimiento de lo santo, pero éste no se resuelve nunca enteramente en moral. La importancia del libro consiste en la apelación a los sentimientos elementales siempre presentes en toda religión evolucionada.
G. Miegge