[Die Reformation, ihre Entwickelung und ihre Wirkungen]. Es una de las obras más notables del historiador bávaro Ignaz Dóllinger (1799-1890), apologista del catolicismo, pero contrario a la definición de la infalibilidad papal, hasta el punto de salir en 1870 de la Iglesia romana para formar la secta de los «Católicos viejos».
La obra, publicada de 1845 a 1847, refleja las nostalgias románticas por la antigua unidad religiosa y, con el espíritu de Gorres y de Móhler, ve en la reforma luterana un momento negativo tanto de la historia religiosa como de la historia alemana. Sin embargo, no se trata de una historia polémica. El primer volumen ofrece la visión interna de muchos personajes del siglo XVI que se mantuvieron al margen del movimiento de la Reforma (como Erasmo, Staupitz, Pirkheimer) o bien, después de haber participado en él, se separaron (como Witzel y Glareano) o (y éste es el grupo más notable) sin sustraerse a su influencia, recorrieron un camino propio, distinto del seguido por el partido vencedor (así el pietista Sebastian Franck, el místico Gaspar von Schwenkfeld, los anabaptistas). Se estudia además la influencia de la Reforma en las escuelas, universidades y la educación en general, sobre todo a través de los juicios de los doctos de entonces.
Los reformadores, sus amigos, auxiliares y discípulos, sus sentimientos y sus testimonios sobre la situación y el desarrollo de la Iglesia protestante, son el tema del segundo volumen, que comprende el período 1520- 1620 y reproduce, ordenados según un criterio historicoespiritual, los testimonios de pastores y seglares sobre la situación de la Iglesia evangélica, y cómo ésta se fue creando en virtud de los impulsos de los reformadores, según la ley interna del propio desarrollo, fuera de toda influencia de las instituciones precedentes. Aquí Dollinger recoge las notas pesimistas y las compara con las doctrinas dejadas por los fundadores y propagandistas de la nueva doctrina. Tienen especial interés los juicios de los laicos, profesores y hombres de letras, juristas y políticos, sobre la decadencia de las costumbres y el aumento de la criminalidad en las zonas protestantes de alemania y países limítrofes.
El tercer volumen está dedicado a la historia de la doctrina de la justificación por la fe, que, como es sabido, constituye el dogma central del luteranismo, y que el autor estudia en Lutero, sin descuidar la génesis de su estructura psíquica, luego en Melanchton y a continuación en las polémicas teológicas que dividieron a la alemania luterana entre 1540 y 1580. Es sabido que los príncipes protestantes consiguieron con dificultad arreglar dichas divergencias con fórmulas de compromiso, llamadas precisamente «fórmulas de concordia» (1580), cerrando la fase creadora del dogma luterano; pero Dollinger tiene labor fácil al reconstruir dichas divergencias y mostrar cómo revelan la debilidad de las posiciones originarias de los reformadores y constituyen un obligado retorno a los conceptos y posiciones de la vieja Iglesia. La obra, que en síntesis fue refundida en la Historia de la Iglesia del mismo autor, encontró hostilidad en alemania, pero fue muy leída fuera de ella y aún hoy no merece caer en el olvido.
M. Bendiscioli