A raíz de un pleito judicial es ordenado el secuestro de los iconos venerados por un grupo de raskolniki («viejos creyentes», apartados de la iglesia ortodoxa por protestar contra la corrupción del clero). Sobre uno de los iconos, un ángel de gran valor y belleza, es colocado un sello. Los raskolniki tratan por todos los medios de recuperar el ángel sellado. Un ingeniero inglés, que se encuentra a cargo del astillero en el que ellos trabajan, los ayuda a alcanzar su propósito intercediendo, entre otros, ante el arzobispo; éste concede finalmente su perdón a los raskolniki y los invita a retornar al seno de la Iglesia.