Poema escrito en «cuaderna vía» del autor español Gonzalo de Berceo (nacido en la Rioja a fines del siglo XII). Al principio del poema el autor nos declara qué quiere «contar un poco de ratiello» un sermón tomado de un «sancto libriello» que hizo San Jerónimo. El autor se refiere indudablemente a la traducción de la Biblia (v.) hecha por el Santo, pues no consta que San Jerónimo escribiera una obra original sobre los acontecimientos del Juicio Final y además Berceo dice que lo encontró en los textos hebreos. El poema es una enumeración de las señales que anunciarán el advenimiento de Cristo para juzgar a los buenos y a los malos. Así el poeta va describiendo estas señales catastróficas: el temporal, el mar que subirá a las nubes, las inundaciones, el espanto de los animales, el derrumbamiento de los edificios, la resurrección de los muertos, etc. Describe después el juicio, las penas de los condenados y la felicidad de los bienaventurados. La finalidad del poema es eminentemente religiosa y moral, como ocurre siempre en Berceo: que todo lo descrito sirva al buen fin de mejorar la vida para así poder entrar en la gloria. Este poema no puede figurar entre los mejores de Berceo y el uso de los tetrástrofos es evidentemente algo imperfecto.