[Carmen saliare]. Los Salios, sacerdotes de la danza, que celebraban el culto de Marte, de Hércules y de otras divinidades, eran doce, tantos como los sagrados escudos que custodiaban, entre los cuales uno se suponía caído del cielo. En el mes de marzo recorrían la ciudad en solemne procesión, y, cantando sus himnos y bailando sus danzas, golpeaban los escudos. Estos cantos, de los cuales sólo quedan tres oscuros fragmentos, son el documento más antiguo de poesía religiosa de carácter bélico, y, en contraposición al Carmen Arval (v.), de carácter agrario, reflejan la atmósfera de guerra, típica de las primaveras sacras, entre los varios pueblos itálicos.
F. Della Corte