[Der gläserne Pantoffel]. Comedia en tres actos del poeta alemán August von Platen-Hallermünde (1796-1835), publicada en 1823. En el orden del tiempo, ésta es la primera obra dramática del poeta y basa su trama en una singular combinación de dos fábulas, La Cenicienta (v.) y La Bella durmiente del bosque (v.).
El rey de Apulia ha decidido dividir el reino entre sus dos hijos, Astolfo y Deodato; pero antes quiere que se casen. A este fin dará una gran fiesta, a la que serán invitadas las más bellas jóvenes del país, entre las que, especialmente invitadas por el rey, están las dos hijas mayores de un noble. La tercera hija, Cenicienta, de ordinario muy apartada de las otras dos y ocupada en las faenas domésticas, debía permanecer en casa. Pero, cuando ya las hermanas habían partido, se le aparece el hada Chrysolda, su madrina, que la provee de una carroza lujosa y de magníficos vestidos para participar en la fiesta, en la que sólo toma parte el príncipe Astolfo, porque el otro hermano, Deodato, ha preferido vagar por el bosque, pensando en Clarabella, de la que está enamorado desde que por azar vio su retrato. Astolfo queda encantado de la extraordinaria belleza y de las prendas morales de Cenicienta.
Pero, en un momento dado, la presunta princesa desaparece, perdiendo con la prisa una de sus chinelas de cristal. Astolfo, convertido en enamorado no menos infeliz que su hermano, trata de buscar a la propietaria de la chinela, y por fin la encuentra. Entretanto el hada, vestida de vieja, se presenta también a Deodato, contándole la historia de una princesa que ha quedado dormida en el bosque por venganza de un hada maligna. La princesa despertará cuando oiga pronunciar su nombre. Deodato, excitado por las alusiones de la vieja, corre al bosque y encuentra a la bella dormida, en la que reconoce a su amada Clarabella. Al oír su nombre, la joven se levanta, y con ella despiertan todos sus servidores, liberados del encanto. En una fiesta magnífica se celebran ambas bodas. El personaje más logrado es Deodato, cuya melancolía está trazada con delicados toques; y las partes puramente fantásticas son las más bellas. Molesta, a veces, un juego excesivo de virtuosismos verbales.
En la elección del material y en la forma, se revela la influencia directa del arte dramático de los románticos, sobre todo de Tieck — en quien el futuro poeta clásico se basó en sus primeras obras —. Conforme a la tradición romántica, prosa y verso van mezclados. No falta la figura cómica, representada por el bufón de la Corte, Pernullo, típica por la «ironía» romántica que quita a la obra todo efecto de candor y de ingenuidad. A través del velo transparente de la burla y de la ironía, se entrevé la influencia de la filosofía de Schelling. Numerosas alusiones satíricas a la situación política de la época muestran ya el género de comedia que el autor seguirá más tarde.
A. Feldstein