La pequeña Alicia descubre un buen día en el bosque a un conejo blanco elegantemente vestido que se apresura mientras va refunfuñando como si tuviese una cita. Lo sigue hasta su madriguera y cae en un pozo profundísimo; de allí accede a un país desconocido habitado por extrañas criaturas. Alicia, que ha encontrado un pastelillo y una exquisita bebida que la hacen crecer o empequeñecerse desmesuradamente, penetra en el «país de las maravillas», donde es invitada a una partida de croquet por la terrible Reina de Corazones, toma el té con un Sombrerero Loco, una Liebre de Marzo y un Lirón, mantiene una charla con el Gato de Cheshire, que aparece y desaparece, y tiene otros mil encuentros singulares; por último, asiste a un proceso contra la Sota de Corazones, pero, antes de que éste concluya, despierta súbitamente: sus aventuras no habían sido más que un sueño.