La familia Ram- say se encuentra de veraneo, con algunos huéspedes, en una de las islas Hébridas.
Es una tarde de septiembre de 1914; se hacen planes para una excursión al faro, que a los ojos de James, el más pequeño de los hijos, se presenta como una meta de sueño, pletórica de misteriosos significados. Pero la excursión se suspende a causa del mal tiempo. Pasan los años: la guerra tiene a los Ramsey apartados de la isla y su vieja casa se cae en ruinas.
Mueren la señora Ramsay, el hijo Andrew y la hija Prue. Diez años después, los Ramsay sobrevivientes y algunos de los mismos huéspedes de antaño regresan a la isla. El señor Ramsay y dos de sus hijos realizan finalmente la excursión al faro: mientras tanto, una de las huéspedes, la pintora Lily Briscoe, acaba de pintar un cuadro empezado diez años antes.
En ambas acciones se enlazan simbólicamente presente y pasado, y los personajes, así como las relaciones que los unen, son puestas bajo una luz reveladora de su más auténtico significado.