Es la más importante colección de poesías del autor brasileño publicada en 1871. Romántico, de aquel romanticismo impetuoso y libertario que, tomando por símbolo el águila americana (el cóndor) se llamó a sí mismo escuela «condoreira», Castro Alves es poeta de sentimientos y pasiones ardientes, que se agrupan en torno a dos centros de inspiración; un erotismo sensualmente tropical, y un fervor de lucha social puesta al servicio de una gran idea de su tiempo: la abolición de la esclavitud (v. Los esclavos).
Las poesías de Espumas fluctuantes están inspiradas, sobre todo, por el erotismo, al que las dotes artísticas de Castro Alves purifica sin disminuir para nada su ardor. Por la amplitud del aliento, y el dominio de la expresión, las mejores de estas poesías igualan a su autor con los grandes poetas amorosos europeos de su época; léanse entre otras: «Buenas noches», «Dormida», «Dalila», «Los tres amores» (en la última de las cuales el poeta se siente y se revela como Tasso-Romeo-Don Juan, a un mismo tiempo). Estrechamente ligada con el tema del amor está en este volumen, como ocurre a menudo con los poetas sensuales, el de la muerte, la cual, temida y sentida como fatalidad macabra (el poeta murió tuberculoso a los veinticuatro años) inspira a Castro Alves otro grupo de poesías, entre las cuales es notable, por la intensidad del sentimiento, «Cuando yo muera».
El fervor humanitario, y el orgullo de hijo, de América, le inspiran otras poesías, en una de las cuales, «El libro de América», un poderoso aliento épico envuelve la figura de Colón, representado como instrumento de Dios para el progreso humano. La inspiración personal predominante en este volumen, aunque no siempre refrenada por un vigilante sentido del arte, atestigua, en Castro Alves, un auténtico fondo lírico que no tenía necesidad del pasaporte de una gran idea social para hacer de él un verdadero poeta. La fusión feliz, en el conjunto de su obra, entre los sentimientos individuales y los colectivos, es la que sigue suscitando la atención de la crítica literaria en torno a su obra, y designa en él a uno de los poetas más queridos y leídos en el Brasil, además de uno de los más grandes y, en ciertos aspectos, sin duda alguna^ el más grande representante de la poesía brasileña.
G. C. Rossi