Drama sinfónico de Erik Satie (1866-1925), sobre tres fragmentos sacados de los diálogos de Platón (v. Banquete, Fedro, Fedón), ejecutado por primera vez en enero de 1918 en la Société Nationale de París, con escaso éxito entre el público y la mayoría de los críticos. Es un breve oratorio para cuatro sopranos y pequeña orquesta (flauta, oboe, clarinete, trompa, trompeta, arpa, timbales e instrumentos de cuerda); en sus dos primeras partes alterna el canto con el dialogado; en la tercera es un mero recitativo sobre la muerte de Sócrates. Representa un momento de repliegue de las posiciones francamente humorísticas que había adoptado el autor durante veinte años. Y esto por medio de la renuncia a timbres y armonías excepcionales (los instrumentos son usados sistemáticamente en su registro medio) y el retorno a un melodismo arcaizante, con frecuentes inflexiones modales, pero de ritmo siempre neto. También el uso de series de cuartas y séptimas tiene aspecto mucho más arcaico que agresivo. La orquesta ofrece un elemental substrato temático, exento de desarrollos, en substancial dependencia del canto, que se funda en un recitativo constantemente silábico. Esta obra de Satie es considerada como la más aproximada de las suyas al carácter discreto e intimista de la música francesa.