[Les mamelles de Tirésias]. Drama heroicocómico en dos actos de Guillaume Apollinaire (Guillaume de Kostrowitsky, 1880 – 1918), publicado en 1916. A propósito de esta obra, que es más un manifiesto que una obra de arte, Apollinaire ideó el adjetivo «surrealista», que, en su espíritu, definía una tendencia del arte, «que si no es más nueva que todo lo que se encuentra bajo el sol, por lo menos no ha servido nunca para formular ningún credo, ninguna afirmación artística y literaria». El poeta reclama con vehemencia la libertad del creador; se erige contra ese teatro engañoso que pretende reproducir la vida, inimitable; lo más que se puede hacer, en el teatro, es dar una idea paralela, inspirándose en la fórmula que él nos propone: «Cuando el hombre quiso imitar la marcha, creó la rueda, que no se parece en nada a una pierna».
Estos dos actos están, en definitiva, desde el punto de vista teatral, más próximos a la feria o a la representación de marionetas: los efectos son ante todo visuales (máscaras grotescas, globos lanzados a la sala, generación espontánea de personajes…) o groseramente auditivos (petardos, megáfono, etc.). El texto en sí, de muy inferior calidad, sólo puede soportarse sostenido por la broma de los trucos escénicos. Se nos propone una moralidad sobre el tema: no se fabrican bastantes niños en Zanzíbar (Francia); es preciso remediar urgentemente esta situación; el resultado, paradójico, será el acrecentamiento de la riqueza económica para el país. Personajes principales: el Marido, que fabrica cuarenta mil niños en un día; la Mujer, Thérése-Tirésias, que lleva unos bigotes milagrosos y se dedica en cuerpo y alma a la política; cuarenta mil bebés llorando sobre la escena; el Periodista parisiense que habla americano; los Coros, etc. Fantasía, piruetas sobre la cuerda floja del absurdo y también algunos hallazgos que serían agradables si no fuera por la intención del autor de apuntar hacia un dogmatismo, al haber juzgado Apollinaire que debía dedicarse a teórico de un nuevo arte dramático. Pero había sido ya precedido por Jerry. Se está lejos, con Los senos, de la truculenta magnificencia de Ubú rey (v.), verdadero precursor de la nueva idea.
* Del drama de Apollinaire, Francis Poulenc (n. en 1899) compuso una ópera cómica que lleva el mismo título y que fue representada por vez primera en la Opera Comique, en París, en 1945.