Poema jocoso en octava rima de Niccoló Forteguerri (1674- 1735), en 30 cantos, publicado en 1738, con el nombre del autor helenizado en Carterómaco.
El autor explota hasta sus últimas posibilidades los procedimientos narrativos característicos del antiguo poema caballeresco: la desenvuelta libertad inventiva y la complicación de la intriga. Falta en la acción del poema un hilo conductor. Scricca, rey de los cafres, declara la guerra a Carlomagno para vengarse de la muerte de su hijo, a quien dio muerte Ricciardetto (v.). Éste, el héroe epónimo del poema, y Astolfo (v.) y Alardo, otros dos caballeros, se hallan en España donde encuentran a Ferrau (v.) y Orlando (v.), este último después de haber recobrado el juicio a fuerza de palizas y de ayunos. Deciden regresar todos a París, pero dos gigantes les cogen en una red de acero; Astolfo, liberándose, abate con su lanza encantada a los dos gigantes que después se convierten al cristianismo. Tras otras aventuras, que acaban con la muerte del malvado rey de Argel, regresan todos a España donde son hechos prisioneros y privados de sus fuerzas por un hada, que los entrega al rey de Valencia.
Pero los dos gigantes obligan al hada a que devuelva la forma humana a Guidone, uno de sus prisioneros, y a que devuelva las fuerzas a sus amigos, de manera que matan al rey e incendian Valencia. Al regresar a Francia luchan con Carlomagno (v.) contra los moros. Ferrau llega a renegar de la fe cristiana, enamorándose de una guerrera sarracena; pero Astolfo le castiga. También Ricciardetto se enamora de Despina, hija del rey de los cafres, pero al principio es echado en cuanto le revela su nombre. Más tarde la muchacha se enamora de él y le ofrece como regalo la espada con que hubiera podido matarle. Los dos gigantes raptan a Despina, Ricciardetto lucha contra ellos y, herido, es objeto de los amorosos cuidados de la joven. Entretanto, los sarracenos son rechazados y acaba la guerra, aunque no las aventuras de los varios caballeros. Mueren Astolfo, Ferrau, Carlomagno, Orlando y Rinaldo (v.); hasta que Ricciardetto, tras otras peripecias, llega a ser emperador y se casa con Despina, mientras que el rey de los cafres recibe el bautismo. El Ricciardetto es un fruto tardío de la disolución del poema y de los idealismos caballerescos, en el surco de la tradición creada por el Morgan- te (v.) de Pulci y el Baldo (v.) de Folengo. No es propiamente ni una sátira, ni una parodia, ya que la materia caballeresca constituye únicamente el motivo, el punto de apoyo para el libre, festivo y sabroso fantasear en que se complace el autor, y que representa el mérito principal de la obra.
Aflora en cambio, y con abundancia, la sátira de las costumbres en los puntos donde la realidad contemporánea se inserta con colores anacrónicos en la trama del poema: la descripción de los bailes modernos (XXIII, 44-60), las invectivas antieclesiásticas de los cantos XX y XXIII, el viaje de un joven escolar a través de los conventos de Egipto (XI, 57-76) y así sucesivamente.
E. Allodoli
Salvaje en. el estilo y bárbaro en la armonía, y tan torpe en cada parte, gusta a los romanos, no sé por qué, a no ser por algún resto de antigua ferocidad. (Bettinelli)