[Comoediae]. Todas ellas son fragmentarias, de argumento y ambiente griego, llamadas, por el vestido de los actores, «paliadas». Compúsolas Cecilio Estacio (2209-166? a. de C.), casi todas a imitación de las Comedias de Menandro, de las que a veces el latino traducía para el público romano hasta los títulos: Júpiter Etéreo [Aethrio], Los hábitos viriles [Andrea], El Hermafrodita [Androgynos], El pródigo [Asotus], La fragua del herrero [Chalcia], La moneda de oro [Chrysion], El Troyano [Dardanus], El esclavo Davos [Davos], Los protegidos [Demandati], El Efesio [Ephesio], El heredero [Epicleros], El inquilino [Epistathmos], La carta [Epistula], El hombre fuerte [Ex hautu hestos], El desterrado [Exul], El engaño [Fallada], El matrimonio [Gamos], La ladrona [Harpazomene], Himnida [Hymnis], El hijo supuesto [Hipobolimaeus sive Subditivus], Los habitantes de Imbros [Imbrii], La moza de Caria [Karine], La cortesana [Meretrix], El nauta [Nauclerus], El espurio Nicasio [Nothus Nicasio], El usurero [Obolostates Foenerator], Pausímaco [Pausimachus], La amada [Philumena], El collar [Plocium], Los vendidos [Polumeni], El recaudador [Portitor], El novio [Progamos], El púgil [Púgil], El señal de reconocimiento [Symbolum], Los convidados [Synaristosae], Los compañeros de los muchachos [Synephebi], Los Siracusanos [Syracusii], La nodriza [Titthe], El triunfo [Triumphus].
En una de éstas, El collar, comedia imitada de la homónima de Menandro, aparece la eterna discordia de los mal casados, unos viejos que se lamentan de los enojos del matrimonio. Sus mujeres, exceptuando la dote, tienen todo lo que no es deseable. Y la una, después de haber acusado al marido de relaciones amorosas con una esclava, no paró hasta lograr que la vendiera, ufanándose después de haber logrado privar al marido de su favorita. Tales son las charlas en los corros femeninos, mientras el pobre marido se convierte en blanco de las calumnias y befas de las mujeres. La mujer del otro no es ciertamente mejor, pues su solo recuerdo causa fastidio al marido. El teatro de Estacio es un teatro de personajes generalmente seniles: a diferencia del de Plauto, no logra el éxito a base de chistes y donaires, sino que prefiere conquistar a un público culto y de buen gusto con la pintura delicada de caracteres, con la garbosa exposición de intrigas y con un refinado esmero en los detalles. Estacio encontró en el actor Ambivio Turpión un convencido colaborador, el cual, continuando después su cruzada en pro de un teatro nuevo antipopular e intelectual, pasará más tarde a ser el primer cómico de Terencio.
F. Della Corte