Colometa la gitana o Lo regrés de los confináis]. Sainete en un acto y en prosa del costumbrista catalán Emili Vilanova (1840-1905), estrenado en Barcelona en 1896. Se trata de una breve situación escénica en la que una psicología de rasgos guiñolescos, una técnica sencilla y lineal y un argumento casi inexistente, a través de un lenguaje pintoresco y penetrante, de acusados matices intuitivos, constituyen un «petit chef d’oeuvre» de notable valor literario. Colometa — la gitana — va a casarse con Seguidilles, hijo de Canyetes, cuando su padre — Patllari — y su antiguo novio — Canuto — están en la cárcel. Coloma — madre de Colometa — ha arreglado el matrimonio con fines exclusivamente comerciales. Mas he aquí que llegan inesperadamente los «confinados», desarreglan — tempestuosamente — dichos planes y, en un final de discutible efecto teatral, huyen de la amenaza de la policía. El tema, que se aparta, por su exotismo, del mundo típico de Vilanova, la vieja Barcelona ochocentista de la que él ha sabido crear un verdadero mito literario (v. Escenas barcelonesas), tiene ya precedentes en sus narraciones cortas, y como ellas está tratado desde un ángulo superficial y pintoresco. El gran valor de la obra radica en su arquitectura lingüística, de fina intencionalidad, que hace pensar — a menudo — en un Salvador Espriu: «Que en tens de canela Ara mateix t’adelantaria un petó que empuja a flor de bec», «La raó és tota vostra: si la Padrina i el seu senyor no posen dificultáis, que entri la noblesa — los gitanos invitados a la boda de Colometa y Seguidilles — a la sala del davant; que s’acomodin honestament per térra (perqué tenim les cadires a embarnissar) i que mengin i beguin los vuit porrons i escurin la cassola i esclareixin les púes de la forquilla si hi queda cap filagarsa de bacallá».