Poseamos dos obras de carácter teatral del poeta español Gómez Manrique (1412?-1490?) y que son quizás los textos más significativos del teatro medieval español: la Representación del Nacimiento de Nuestro Señor (v.) y las Coplas fechas para Semana Santa.
Estas obras están situadas aún en el punto medio entre la lírica y la dramática. Se trata de un teatro todavía muy rígido y sin apenas movimiento. En la primera aparecen la Virgen, San José, los arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel, unos pastores, etc. Pero estos personajes apenas si dialogan entre sí (salvo el coloquio que tienen los pastores). Toda la obra ofrece un carácter de extraordinaria simplicidad, carece de argumento unitario y está todavía muy cerca del drama litúrgico, especialmente del Officium pastorum, del que deriva. Pero las cualidades líricas que posee compensan la escasez de las dramáticas, y la obra culmina en emoción en el momento en que los pastores ofrecen al Niño los instrumentos de la Pasión: los azotes, la columna, la corona de espinas, los clavos, la cruz, etcétera. Con extraordinario sentido teológico, Gómez Manrique sabe aunar los dos misterios más importantes de la Redención.
De la misma manera, las Coplas fechas para Semana Santa son una versión del antiguo oficio litúrgico Planctus Mariae. Esta obra, que fue representada en la corte, oscila también entre la forma teatral y la lírica. Valor realmente lírico tienen las lamentaciones de la Virgen, San Juan y la Magdalena, que constituyen, por otra parte, lo más relevante de la obra. Los personajes hablan ya entre sí (así San Juan comunica a la Virgen la muerte de su Hijo). Pero lo que quizá tenga más valor teatral sea la forma como los personajes se dirigen al público. Así la Virgen: « ¡Ay dolor, dolor, /por mi fijo y mi Señor! /Yo soy aquella María/del linaje de David; /oíd, señores, oíd, /la gran desventura mía. / ¡Ay dolor!»; invita a las casadas y doncellas a participar en su dolor: « ¡Llorad conmigo, casadas, /llorad conmigo, doncellas…!».
Por otra parte las Coplas… acusan una semejanza con el Llanto de la Madona (v.) de Jacopone da Todi, y en sus expresiones recuerdan constantemente la liturgia (así el O vos omnes, qui iransitis per viam: « ¡O vos, hombres que transistes/por la vía mundanal, /dezidme si jamás vistes/igual dolor de mi mal!»).