A buen fin no hay mal principio, de William Shakespeare

(1601-02) co­media en 5 actos, en verso y en prosa, de W. Shakespea­re

Elena, hija del famoso médico Gerardo de Narbona, cura al rey de Francia, que está gravemente enfermo, con una receta que le fuera dejada por su padre.

El rey, en recompensa por ello, la entrega por esposo a Beltrán, conde de Rosellón, a quien la muchacha ama. Beltrán no la corresponde pero se ve obligado a obedecer. Instigado por el tunante Parolles, sin embargo, parte para la guerra, advirtiendo a Elena que podrá considerarse su mujer únicamente en el caso de que consiga apoderarse de un anillo que él nunca se saca del dedo y de que pue­da asegurar que espera un hijo suyo, si bien rehúsa com­partir el lecho con ella.

Elena, bajo un falso disfraz, lo sigue a Florencia, donde descubre que se ha encapricha­do de una posadera, Diana. Ésta lo rechaza, pero Elena la convence para que acepte la cita. Luego se sustituye por ella y consigue cambiar un anillo que el rey le había regalado por el de Beltrán. Dueña del anillo y encinta, conseguirá conquistar el amor de su esposo.