Novela publicada en 1928, primero por entregas en el periódico francés “L’Humanité”, y en 1930 en volumen (ed. polaca de 1929 con el título de Pele Paryz).
Esta obra pretende ser una respuesta al panfleto anticomunista de Paul Morand Yo incendio Moscú.
Jasienski, escritor comprometido, iniciado en la literatura como representante del futurismo polaco, opone a la invectiva de Morand la destrucción simbólica de la capital francesa, metrópolis del sistema capitalista.
La acción de la novela se desarrolla durante la década de los años veinte del presente siglo, en la época de la crisis económica y del desempleo de las masas. El mecánico especializado Pierre, que ha perdido su puesto de trabajo, se venga cruelmente de la sociedad capitalista. Substrae del instituto bacteriológico unos cultivos de bacilos de la peste, y obtenido un trabajo eventual en los acueductos parisinos, infecta el agua potable de la ciudad. En un plazo de seis semanas, una terrible epidemia aniquila cualquier forma de vida en París.
El mismo Pierre y su amigo Jeannette caen víctimas de la pestilencia. Aislada del mundo exterior por medio de un cordón de tropas francesas, la ciudad consuma su martirio, al que se añaden las peleas con arma blanca sostenidas por innumerables grupos en defensa de sus intereses; su ruina simboliza el inevitable ocaso de la sociedad capitalista.
Sólo sobreviven a la catástrofe treinta y dos parisienses, todos ellos comunistas y proletarios, encarcelados por el viejo régimen, que se salvan porque la cárcel no está conectada con la red hidráulica de la ciudad. Éstos edifican sobre las ruinas de la vieja París un estado comunista, que al cabo de dos años, al amparo de la cuarentena, se consolida y se convierte en el faro de la liberación social de la humanidad. La historia central se refleja en un contraste de perspectivas ofrecido por la historia del chino Pan Tsiang Kuei y la del hombre de negocios americano David Lingslay.
[spoiler title=’SPOILER’ collapse_link=’true’]El comunista Kuei ha ido a París para hacer propias las conquistas de la cultura europea y ponerlas a disposición de la revolución asiática. Lingslay es un agente del gran capital americano encargado de propagar por el continente europeo la moral del dólar. Kuei sucumbe a la peste en el instituto bacteriológico, que controla en su calidad de dictador de la república autónoma de los “amarillos», proclamada en el barrio Latino al final de la peste. Lingslay decide huir de París y es atacado por la enfermedad letal a bordo del barco en el que regresa a Estados Unidos. La visión del mundo y la conducta de ambos personajes son el típico producto de una época de perturbaciones revolucionarías en la que, alimentados por el ejemplo de la Revolución de octubre, la lucha del proletariado en contra de la opresión y la explotación, el odio contra el mundo de los ricos y los amos y la seguridad en la victoria del socialismo se convierten en las fuerzas decisivas de los conflictos sociales, exasperados y contradictorios. Desde el punto de vista del lenguaje, J. entronca, por sus tonos animados y excéntricos, con el imaginismo de vanguardia y su propia poesía futurista
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