El melodrama serio en tres actos de Vincenzo Bellini (1801-1835), con libreto de Cario Pepoli, fue representado en París en 1835. Su acción se desarrolla en Inglaterra en tiempo de Cromwell.
Elvira, hija del puritano lord Valton, está enamorada de Arturo Talbo, y obtiene el permiso para casarse con él, por más que su padre la había prometido a Ricardo Forth, puritano. Pero poco antes de las bodas se presenta una dama prisionera que es Enriqueta de Francia, viuda de Carlos I: Arturo, partidario de los Estuardos, la salva huyendo con ella disfrazada de novia. Elvira, creyendo haber sido víctima de una traición, se vuelve loca. Arturo es condenado a muerte como traidor a la patria. Vuelve de incógnito y va a ver a Elvira, tranquilizándola acerca de su amor; pero es descubierto y está a punto de ser ejecutado cuando llega la noticia del perdón de Cromwell, quien ha vencido definitivamente a los Estuardos.
Los Puritanos es la última ópera de Bellini y la más trabajada armónica e instrumentalmente. Muchas de sus páginas (el cuarteto y el final del primer acto, la escena de la locura de Elvira) figuran entre las más bellas que Bellini escribió, a la altura de la Sonámbula (v.) y de Norma (v.); sobre todo, como siempre, en la expresión lírica de los sentimientos de un personaje solo, más que en las escenas dramáticas de conjunto, se revela la singular personalidad belliniana; sus momentos mejores son precisamente aquellos en que el canto se despliega puro e incontrastado, como en la magnífica aria de Elvira «O rendetemi la speme».
M. Dona
Bellini es uno de mis músicos predilectos porque su música es fuertemente sentida y está íntimamente ligada a la palabra. (Wagner)
Bellini recibió en don la melodía sin que él se tomara el trabajo de pedirla, como si el Cielo le hubiese dicho: «Te doy precisamente lo que le faltaba a Beethoven». (I. Strawinski)