[Symphonias]. Colección de versos del brasileño Raymundo Correa (1860-1911), publicada en 1883. Junto a Olavo Bilac (v. Tarde), Correa es justamente considerado como el mejor poeta de su país, entre los de su generación. Exquisito sonetista y lírico, pertenece a la escuela parnasiana, siempre inclinada a un cierto cosmopolitismo intelectual; gracias al contacto con formas e inspiraciones diversas pudo enriquecer, madurar y frenar la exuberancia de su inspiración, hasta lograr una limpia perfección formal, sin debilitar el vuelo de su fantasía cálida, vibrante y rica en modulaciones e íntimos secretos. Se puede notar en él una cierta afinidad con el ironista Machado de Assis, más que con el propio Bilac, que es tan sólo lírico. En estas Sinfonías Correa prefiere la máxima variedad de temas, como narraciones que confía a su corazón y que luego comenta, con facilidad de canto y con una especie de gozo en la pureza del pensamiento. Sus mejores composiciones son: «Los pichones», «El misántropo», «La llegada», «Cae la noche», «El monje», «Vulnus», «Mal secreto»; todos son sonetos, perfectos estilísticamente y densos, cada uno con una propia belleza original y una iluminación centelleante. Damos como ejemplo una traducción del «Monje»: «Yo le dije: el corazón de los niños / es dulce, ¿no es verdad? Y él me respondió: / Cuando pasaba por el camino, ellos / me arrojaron piedras. Era Elíseo. / Entonces le hablé de la alegría y la gloria, / y él, barba blanca, sayo negro / apenas alzaba sus ojos hacia las altas / regiones del espacio ilimitado. / Le hablé del amor, y una sonrisa / rápida iluminó aquel impasible / rostro del monje. Era la luz incierta, / la dulce claridad del indeciso / crepúsculo del sol que combate / con las sombras nocturnas, ¡ay!, vecinas…». Todo el libro tiene este toque ligero, esta manera lírica, irónica, nostálgica y humana.
U. Gallo