[Symphonie fantastique ]. Sinfonía «de programa» de Héctor Berlioz (1803-1869), ejecutada por primera vez en París en 1830. Inspirada en una refundición que hizo Baudelaire de las Confesiones de un opiómano inglés (v.), de Thomas de Quincey, está dividida en cinco partes, y lleva por subtítulo el epígrafe «Épisode d’une vie d’artiste». Las cinco partes se titulan de este modo: «Ensueños y pasiones», «Un baile», «Escena campestre», «Marcha al suplicio», «Sueño de una noche sabática». La «idea fija», imagen de la mujer amada (la actriz Harriet Smithson), está presente en cada parte del ultrarromántico poema. La obra es esencialmente episódica y está conducida con la ingenuidad propia de un rebelde de veintisiete años; pero hay en ella tal frescor y tal instintiva sabiduría en los contrastes, y, sobre todo, en el color orquestal (del que ya entonces era el autor señor absoluto) que grandes artistas quisieron hallar más genio en una sola página de la Fantástica que en obras enteras veneradísimas. Probablemente esta composición no hubiera obtenido mejor fortuna que sus compañeras si Franz Liszt no la hubiese transcrito para piano, llevándola consigo para unir la suerte de la obra a sus propios triunfos de pianista. Del feliz encuentro Berlioz-Liszt se puede decir que tuvieron origen la «música de programa» y el «poema sinfónico», que constituyen quizás uno de los rasgos más característicos del gusto en la música instrumental del siglo XIX, dando origen a una forma que hallará su máxima expresión en Richard Strauss.
E. M. Dufflocq
No sé si debe ser definido como un genio o un aventurero musical. Berlioz resplandece como un relámpago, pero deja tras sí hedor de azufre; traza grandes frases y verdades y de pronto incurre en un balbuceo de colegial. (Schumann)
Héctor Berlioz es el músico inmediato y el más enérgico derivado de Beethoven por la parte que éste abandonó cuando del esbozo pasó al cuadro verdadero. (Wagner) <Se puede decir sin ironía que Berlioz fue siempre el músico preferido por los que saben poco de música… La gente del oficio se escandaliza, todavía hoy, de sus libertades armónicas y de su rebelión a las construcciones de la forma. ¿Son éstas quizá las razones que han hecho casi nula la influencia en la música moderna de una obra que sigue siendo, en cierto sentido, única? (Debussy) Los defectos de Berlioz no son sino relativos y sus cualidades son absolutas: tomemos a este hombre de genio como es, y no perdamos de vista que si en él la expresión es tal vez inferior a la idea, la idea nace siempre de un alma apasionada y sincera y de un espíritu profundamente inflamado de ideal. (Dukas) Berlioz fue más que un músico romántico; fue el romanticismo personificado, con todas sus cualidades y todos sus defectos. (Combarieu)
Berlioz fue la antorcha que iluminó el camino por el cual hubieron de andar todos los compositores después de él. (Tiersot)
Poseyó en alto grado todas las cualidades que requiere una partitura para llamarse lograda, perfecto conocimiento de la fuerza o de la debilidad de cada instrumento, gran maestro en tratar la orquesta y en los empastes de color, una fantasía desenfrenada y una audacia sin límites. (Hadow)
Su gran prestigio es debido, sobre todo, al brío de una orquesta que denota la más inquietante originalidad, completamente gratuita, no substancial, y que no consigue enmascarar la pobreza de su inventiva. (I. Strawinsky)
Todas las corrientes importantes del movimiento romántico las encontramos representadas en Berlioz. (A. W. Locke)